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Paraje de Tudela, o el Cuadrilátero Daliniano

El paraje de Tudela es un espacio natural situado en una rinconada al norte de la península del cap de Creus y delimitado por la cala de Agulles y la cala Culip. Es un lugar de una gran majestuosidad visual que le otorga el carácter atípico de su geología, con formas rocosas inquietantes que suscitan la imaginación del caminante: animales, objetos y rostros se van sucediendo según el ángulo de perspectiva y la percepción visual de cada uno. La cubierta vegetal es poco tupida, con matorrales y garrigas adaptados a las condiciones hostiles de tramontana y salinidad que han limitado su crecimiento. Sin embargo no la tenemos que desestimar pues se trata de una zona protegida desde el punto de vista de riqueza biológica que además alberga especies únicas de la zona.

Se llega desde Cadaqués cogiendo la carretera que lleva al faro del cap de Creus. El paraje de Tudela está reseguido por una pista asfaltada que lo recorre desde el aparcamiento inicial hasta la cala Culip, donde en su fondo se encuentra un pecio de diversas naves de la Antigua Grecia y Roma. Es una excursión de 2,8 km (ida y vuelta) más o menos paralela al mar y donde son frecuentes pequeñas calas de agua cristalina. Desde el camino podremos observar sobre un  promontorio el faro del cap de Creus, al que nos podemos acercar cuando acabemos la excursión para comer y contemplar desde una visual diferente el paisaje roquero y salvaje del cap de Creus.

El paraje de Tudela era un lugar frecuentado por Salvador Dalí, el pintor exponente del surrealismo, quien se inspiró en sus rocas para pintar algunas de sus obras más conocidas, como El gran masturbador. Actualmente, como si de un museo se tratase, estas formaciones rocosas se encuentran señaladas desde la pista con unas placas de hierro oxidado que permiten al caminante identificarlas en la distancia. Es un emplazamiento interesante para integrar al popular Triángulo Daliniano, una ruta que va desde el Castillo de Púbol, pasando por el Museo Dalí en Figueres y llegando a la casa de Portlligat; si le añadimos un vértice más –¿por qué no?– llegaremos al paraje de Tudela, un “Cuadrilátero Daliniano”. Se hacen visitas guiadas en la temporada de verano.

Etimológicamente Tudela es un mote para destacar los valores de un lugar, ya sean paisajísticos, geológicos o pesqueros. Desde los años sesenta y hasta principios del siglo XXI el paraje de Tudela estuvo ocupado por los bungalows cúbicos de la ciudad de vacaciones privada del Club Mediterrannée. Cuando el cap de Creus fue declarado Parque Natural en el año 1998, el Club Med se clausuró, expropió y finalmente desmanteló piedra a piedra. El proyecto de restauración concluyó en el 2011, una obra que fue premiada internacionalmente y con la que finalmente se hacía justicia con los valores de este paisaje, que tendrían que haber permanecido tal y como Dalí los conoció en sus inicios.

 

Es un paraje mitológico hecho para dioses más que para hombres
y es necesario que continúe tal como está.
Salvador Dalí, 1960

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